La hemofilia es un trastorno hemorrágico hereditario caracterizado por una deficiencia o ausencia de ciertas proteínas de coagulación en la sangre, lo que dificulta la capacidad del organismo para detener el sangrado.

Síntomas

Los síntomas comunes  como hemorragias prolongadas o excesivas después de lesiones menores o cirugías, hematomas grandes e inusuales, sangrado prolongado después de extracciones dentales, sangrado en las articulaciones (hemartrosis) que puede provocar dolor, hinchazón y limitación del movimiento, y sangrado inexplicable en el cuerpo.

Fisiopatología

Las formas más comunes de hemofilia son la hemofilia A, causada por la deficiencia del factor VIII de coagulación, y la hemofilia B, causada por la deficiencia del factor IX. La falta de los factores de coagulación adecuados dificulta la formación de coágulos sanguíneos. Normalmente, cuando se produce una lesión y se daña un vaso sanguíneo, las proteínas de coagulación ayudan a formar un coágulo para detener el sangrado. En la hemofilia, la ausencia o insuficiencia de estos factores de coagulación impide que se forme un coágulo efectivo, lo que lleva a hemorragias prolongadas y potencialmente peligrosas.

Diagnóstico

El diagnóstico de la hemofilia generalmente se realiza mediante pruebas de laboratorio para medir los niveles de factores de coagulación en la sangre. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre específicos para determinar los niveles de factor VIII o factor IX. Además, la historia clínica del paciente y la evaluación de los síntomas también son importantes para el diagnóstico.

Complicaciones

Las complicaciones médicas de la hemofilia pueden incluir hemorragias graves que pueden poner en peligro la vida si no se tratan adecuadamente, como hemorragias intracraneales, hemorragias articulares recurrentes que pueden provocar daño articular crónico, y anemia debido a la pérdida de sangre crónica.

Tratamiento

El tratamiento principal para la hemofilia implica reemplazar el factor de coagulación deficiente mediante la infusión de concentrados de factor de coagulación, ya sea en respuesta a una hemorragia aguda (terapia de rescate) o de manera profiláctica para prevenir hemorragias recurrentes. Además, se pueden usar medicamentos llamados ácido tranexámico o desmopresina para ayudar a controlar el sangrado en ciertos casos.

Prevención                                    

Evitar lesiones y actividades que aumenten el riesgo de sangrado, así como seguir un plan de tratamiento regular para mantener niveles adecuados de factores de coagulación en la sangre. Es importante que las personas con hemofilia reciban educación sobre cómo reconocer y manejar las hemorragias, así como acceder a atención médica especializada cuando sea necesario.

Categorías: Todo los temas

Jhonathan Lucumi Cardenas

Jhonathan Lucumi Cardenas

Creador de contenido en salud | Tecnólogo en Atención Prehospitalaria - Facultad de salud - Universidad del Valle | Más de 4 años de experiencia en manejo de emergencias y urgencias médicas en el campo prehospitalario en Colombia. « La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica » Aristóteles.